G-20: EL FUTURO DE TODOS
La foto debía ser como los daguerrotipos que recuerdan una fecha ilustre en la que el mundo cambió de dirección irremediablemente. Dicen que Hegel vio pasar a Napoleón bajo su ventana en Jena, y supo que presenciaba el final de la historia. Sin embargo, pese a los artilugios mediáticos, el G-20 no acaba de convencernos, a nosotros que miramos desde la ventana el paso del tiempo. ¿Por qué? Puede que sea como dice Atilio Borón, a la reunión del G-20 que debía destronar una manera de hacer el mundo, le ha faltado lo más fundamental: la filosofía. Es conocido el interrogante, pero no está de más reiterarlo para ponernos frente a los ojos aquello que es más esencial: ¿Por qué el ser y no la nada? O para decirlo de otro modo, ¿qué es lo que nos mueve a la preservación? y ya puesto en la faena, ¿qué bienes son los que nos convocan? ¿a qué Dioses sirven nuestros gobiernos? Siempre hay un Dios (visible o invisible) detrás de los mandatos de los gobernantes terrestres. Hay momentos en los que el