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LA IMAGINACIÓN ALTERNATIVA

Lo que me propongo a continuación es una muy breve reflexión en torno al modo en el cual podría efectuarse un tránsito a otro modelo de convivencia terrestre. En realidad se trata de pensar cuáles son las condiciones de posibilidad para que dicha transición pudiera llevarse a cabo. Creo que hay elementos suficientes para ponderar la posibilidad de una mutuación, pero también obstáculos y resistencias profundas que dificultan la consecución de dichas transformaciones. Lo primero es recordar que una transformación política de cualquier tipo necesita, fundamentalmente, de una comprensión e internalización teórica por parte de los actores, del significado de dicha transformación. Pero como bien se ha indicado, la comprensión teórica significa en este caso la puesta en práctica de dicha teoría en el mundo . Por lo tanto, de lo que aquí estamos hablando es de una serie de prácticas que tienen sentido para los implicados en la transformación política. Como ha indicado el filósofo canadiense C

PLATÓN Y EL SENTIDO COMÚN

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En una ocasión afirmé: "El sentido común es pura ideología". Un lector me ha indicado que la expresión es pretenciosa. Me ha conminado a justificar con mayor detalle mi intención.En estas líneas pretendo apuntar algunas razones que legitimen mi pensamiento. Aquí “sentido común” es lo que se nos presenta como evidente en un lugar del mundo, en una época determinada. “Ideología” es lo que pretende pasar por verdadero y, sin embargo, es un constructo histórico y social. La relevancia en cada época histórica de reconocer que el sentido común es ideología es la base sobre la cual se articula nuestro anhelo básico de emancipación. El ejemplo que voy a utilizar para justificar las afirmaciones anteriores es un fenómeno del mundo natural. El ejemplo tiene como propósito exponer la estructura del argumento. El objeto propio al que el argumento debe aplicarse son los seres humanos y, en particular, el ser humano que cada uno de nosotros es. Pasemos al ejemplo. En este caso es un árbol

LO POLÍTICO Y LA NADA

Estamos instalados de modo impensado en una visión mecanicista y atomista de lo real. Concebimos la realidad, aún cuando nuestra articulación filosófica pueda ir en contra de dicha concepción, como un entramado de causas y efectos combinados de forma azarosa que dan como resultado la apariencia del mundo. Incluso cuando imaginamos oscuras voluntades complotadas en la conformación del mundo, dicha aprehensión de la marcha de la historia concuerda a fin de cuentas con la afirmación de un cosmos neutralizado y sinsentido a la espera del azar o de la inteligencia (ambigua moralmente) que haga de ella lo que le plazca. Nuestro atomismo se ve reflejado en la ontologización que hemos hecho de nuestras encomiables aspiraciones morales a la libertad. Hemos acabado creyendo que nuestra libertad ética y política no era otra cosa que la traducción de nuestra última constitución existencial. O para decirlo de otro modo, nuestra aspiración a convertirnos en agentes responsables y, por tanto, libres

APUNTES SOBRE ARQUITECTURA, FILOSOFÍA Y POLÍTICA

en colaboración con Carla Habif Hassis Bosso INTRODUCCIÓN Lo que proponemos es recuperar el diálogo que mantuvimos a modo de un comentario impersonal sobre lo que se dijo, se presupuso y se intuyó en nuestra conversación. En este primer párrafo haremos como si de un diálogo se tratara. Nombraremos a los participantes reales o ficticios. Haremos mención del lugar y la ocasión. Y dejaremos constancia del marco del diálogo, lo que permitirá señalar la intencionalidad de los autores. Se trata de un grupo de amigos a quienes convocó una larga historia de intimidad y la accidentalidad de sus itinerarios. Reunidos a almorzar, conversaron durante algunas horas mientras en el exterior la ciudad continuaba burbujeando. El escenario del evento: un loft a pie de calle en el barrio Gótico de Barcelona, en la medianía de una primavera generosa. La discusión política de los amigos en torno a una próximas elecciones legislativas en la Argentina cedió paso a una conversación teórica en torno a la ar

PERVERSIDADES: ética comunicacional y complicidad ciudadana. La cuestión del glifosato.

Supongamos que se descubre que cierto producto (le llamaremos “Producto X”) es el causante de una enfermedad que afecta, sobretodo, no a los usuarios de dicho producto, sino a personas inocentes que circunstancialmente viven su vida en los entornos donde el producto se utiliza. Imaginemos que se abre un debate para decidir si el Producto X, que está dañando seriamente la salud y la vida de individuos que no se benefician con la utilización del mismo, debe seguir siendo utilizado por sus consumidores. Es decir, se discute la prohibición o no de dicho producto. Ahora imaginemos el debate que se sucita: 1.Aquellos que batallan por la prohibición del producto ofrecen como prueba un conjunto de testimonios corroborados por expertos nacionales e internacionales, que declaran las malformaciones y enfermedades como efecto directo de la exposición a dicho producto X. Se acumulan casos, y se alerta a la población a fin de evitar un crimen prolongado que ha sido silenciado por los productores y u

EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA ESPERANZA

Hace muchos años, Platón imaginó que el universo estaba compuesto por tres esferas de realidad: (1) La esfera Ideal; (2) la esfera del devenir; (3) y el receptáculo material donde la Inteligencia demiúrgica imprimía su imitación del paradigma de las Ideas. El cosmos platónico era un orden óntico en el cual el ser humano participaba y alcanzaba su perfección por medio de la contemplación del mismo. A finales del siglo XIX, Nietzsche ofreció su relato de la historia de la cultura occidental en el que pretendía haber superado la tradición metafísica clausurando el mundo de las Ideas como mera fabricación, a fin de afirmar el devenir en la forma del Eterno retorno de lo mismo y la Voluntad de Poder. Nietzsche fue, en muchos sentidos, la culminación de un largo proceso orientado a liberar al hombre de toda determinación teleológica para hacerlo dueño absoluto de sí mismo. Sin Dios, ni Ideas Eternas, sin la autoridad de la tradición, ni el ejemplo paradigmático de un orden natural, el hombre

CONTRA EL NARCISISMO DEL AHORA

Existimos en una matriz de discursos siempre perimidos. Siempre llegamos tarde a nuestro tiempo. Eso es lo que tiene vivir bajo el imperio de la moda. Abocados a lo novedoso (que siempre viene desde el futuro), cuando finalmente reconocemos lo actual, este ya pertenece al pasado. Se ha instalado en la Argentina, una reivindicación intransigente de la oportunidad de hoy (de lo que ahora tenemos entre manos, de la ocasión histórica) que el pasado y el futuro dan la impresión de poner en entredicho, incluso boicotear. El 'ahora' reivindicado por algunos, quiere ser un ahora absoluto, radical, quiere ser un ahora libre, autónomo. Por un lado, escindido de las ataduras y obligaciones que tenemos con el pasado, con aquellos que nos han precedido, con quienes han sido 'heridos en su integridad corporal y personal'. Por el otro, libre de las demandas de responsabilidad que nos llegan desde el futuro por parte de aquellos aun no nacidos que exigen condiciones apropiadas para su

¿ARGENTINA PARA QUÉ?

Quisiera decir dos cosas sobre la cuestión de la identidad o auto-definición de la Argentina. Comenzaré explicando la pregunta que figura en el título de la nota: ¿Para qué algo como la Argentina? O para decirlo de otro modo: ¿Qué sentido tiene seguir creyendo en la existencia de la nación Argentina? O de otra manera: ¿Qué hay en el fondo de la argentinidad que merezca la pena ser preservado? O: ¿Por qué razón no deberíamos, como propugnan algunos, reducir Argentina a una marca, un envoltorio vacío que sirva a los particulares a alcanzar sus fines privados? La supervivencia de Argentina depende (ineludiblemente) de un tipo de lealtad que supere los intereses sectoriales que dividen al país. Pero esa lealtad sólo puede ser articulada si somos capaces de ofrecer respuesta a la pregunta acerca del por qué la nación, por qué y para qué la patria. Ahora bien, si nos preguntamos ahora mismo cuáles son los factores que ponen en peligro la continuidad identitaria de la Argentina, su capacidad

G-20: EL FUTURO DE TODOS

La foto debía ser como los daguerrotipos que recuerdan una fecha ilustre en la que el mundo cambió de dirección irremediablemente. Dicen que Hegel vio pasar a Napoleón bajo su ventana en Jena, y supo que presenciaba el final de la historia. Sin embargo, pese a los artilugios mediáticos, el G-20 no acaba de convencernos, a nosotros que miramos desde la ventana el paso del tiempo. ¿Por qué? Puede que sea como dice Atilio Borón, a la reunión del G-20 que debía destronar una manera de hacer el mundo, le ha faltado lo más fundamental: la filosofía. Es conocido el interrogante, pero no está de más reiterarlo para ponernos frente a los ojos aquello que es más esencial: ¿Por qué el ser y no la nada? O para decirlo de otro modo, ¿qué es lo que nos mueve a la preservación? y ya puesto en la faena, ¿qué bienes son los que nos convocan? ¿a qué Dioses sirven nuestros gobiernos? Siempre hay un Dios (visible o invisible) detrás de los mandatos de los gobernantes terrestres. Hay momentos en los que el

LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA: ¿FLOR DE VERANO?

La democracia española tiene pocos años. Hay más de tiranía y opresión en la historia de este reino que las bondades que regala la libertad. Las palabras bellas merecen un trato delicado. Se afianzan en la prueba que les impone la historia. Mientras la necia ignorancia y la especulación acalorada hicieron creer a los españoles, a sus gobiernos de turno y a la corona que desde su pretendida neutralidad vigila los valores que alimentan a su pueblo, que el mundo estaba en sus manos, era fácil y apropiado para la ocasión posar de progresistas, y aparentar generosidades y hospitalidades a los recién llegados, los inmigrantes. La hospitalidad no venía acompañada del reconocimiento que le correspondía. Se arreglaron, presuntuosos, para hacer pasar el trabajo que se le daba al extranjero por favores. No se decía mucho del milagro español, del milagro del ladrillo y la especulación. No se decía, por ejemplo, que el milagro se llevaba la sangre de los inmigrantes que como esclavos egipcios, fab

EL SENTIDO COMÚN ES PURA IDEOLOGÍA

Basta con transitar con cierta atención a través del entramado discursivo que nos envuelve para constatar que pese a los esfuerzos denodados de algunos de sus protagonistas por demostrar su pragmatismo y sentido común, lo que impera ineludiblemente es pura y simple ideología. Digamos el asunto con cierto esmero popular: El más peligroso de los locos es aquel que no sabe el mal que padece. Eso es lo que ocurre con buena parte de nuestra concurrencia, que pese a la estrepitoso fracaso de las cosmovisiones a las que adhirieron y apostaron su pellejo, se aferran con uñas y dientes al sentido común que estas cosmovisiones nutrieron. Entre las más firmes convicciones que el sentido común de la visión derrotada se esmera por perpetuar, es aquella extendida creencia que afirma que la política puede reducirse a la concertación o consensuación de los individuos o grupos de intereses; o su espejo ideológico, que afirma lo político como conflicto agonístico permanente. Los posicionamientos de uno

SOBRE LA PATRIA GRANDE Y EL ESPEJO OPOSITOR

La situación política Argentina (y latinoameriana, en general) interroga sobre la cuestión de la conmensurabilidad de las posiciones que se manejan, o si acaso lo único que podemos esperar es el espectáculo de 'matones': una política abocada (al final) a la destrucción del otro como único camino para actualizar los proyectos políticos que imaginan los contendientes. La oposición tiene más de Robespierre de lo que quisiera reconocer, y el gobierno K. es más negociador de lo que pretende mostrar. La cuestión de la inconmensurabilidad es plausible, sin embargo, no hay razón para creer a priori que deba ser de ese modo, se han intentado proyectos que han dado fruto (hasta cierto punto, claro) y la pregunta es si hay posibilidad de avanzar en esa dirección. Lo que parece evidente es que la posición de la oposición se funda en la incomensurabilidad radical de los proyectos políticos: es el todo o nada. Por ahí, no hay manera de ofrecer respuestas a la patria. Queda únicamente aposta

DAR FORMA A LAS RESISTENCIAS

Hace poco más de un año, eran un puñado los que imaginaban que un cambio profundo podía ocurrir en el planeta. El hegemónico discurso liberal nos había enseñado a pensar en una única y concertada dirección. Las propuestas alternativas resultaban a los oídos de los ciudadanos el producto de la rabia y el resentimiento de unos pocos radicales incapaces de hacerse a la idea que la historia había encontrado su sendero y se dirigía (cualquiera fuera el costo que de este resultara) hacia su propia consumación. Entre los que alumbraban esta interpretación de la historia, había quienes se lamentaban sinceramente por los resultados a los que nos conducía la globalización capitalista. Otros, se dedicaban sin segundos pensamientos, a disfrutar de los excedentes de la economía virtual. La llamada crisis financiera ha traído consigo muchas cosas terribles, pero ha venido acompañada de un verdadero revulsivo que puede ayudar a constituir nuevos entramados de poder, re-configurar tejidos sociales y p

DOS VISIONES DEL MUNDO

Neoliberales y neokeynesianos se encontraron en Davos para afilar el discurso y ofrecer sus recetas para salir de la crisis. Los problemas son graves, y el aparato se ha movilizado, en primer lugar, para frenar los intentos de cambio real que exigen las circunstancias. Para los neoliberales, de lo que se trata es de evitar a toda costa analizar el fracaso estructural del sistema capitalista, y referirse a la crisis en términos de abuso y falta de confianza. Se trata de ordenar, rearticular/conceder ciertas políticas reguladoras y continuar con la fiesta cuando haya pasado el temporal. Mientras tanto, y aprovechando los vientos que soplan, seguir haciendo beneficios a costa de cualquiera. Los Keynesianos, ahora reconvertidos a obamitas esperanzados, se inclinan por ofrecer incentivos al consumo y encarar una política de obras públicas de gran envergadura que saque a la economía de su parálisis. Volvamos a la historia reciente, que parece asunto de otro siglo. Pocos meses antes que estal

UNA ORACIÓN FRENTE A DAVOS

DAVOS Las vedettes se han vuelto a dar cita en Davos. Todos están de acuerdo: Davos ya no es lo que era. El glamour se ha marchitado. La euforia de los números se ha vuelto melancolía. Los expertos se han vuelto hombres de la calle. Las piruetas aritméticas no convencen a nadie. Lo que ayer sonaba a erudición, es hoy sinónimo de palabrería. Los únicos a los que el respeto aun les 'sienta bien' son aquellos que se atrevieron a rebelarse contra el edificio de mentiras de la economía mundial. Pero son un puñado. LA CRISIS No era necesario ser un genio para saber que el asunto no podía durar, pero los expertos ni chistaron. Quienes hablaron claro y publicaron sus pareceres en la prensa 'alternativa', fueron tildados de locos fanatizados por los mandarines de la alta economía. Hace gracia que esos locos radicales a los que nadie escuchaba hayan resuelto las ecuaciones que los supuestos genios fueron incapaces de anticipar. Los sabios maestros que nos advirtieron del peligr