MAURICIO MACRI, NUESTRO KIM JONG UN
La ofensiva gubernamental La batalla cultural se vio truncada por un “efecto colateral” imprevisto: la desaparición (forzada) de Santiago Maldonado. La población se volcó a llorarlo y a exigir indignada su aparición. Al gobierno, enroscado en su propio discurso negacionista, no se le ocurrió mejor idea que lanzar una ofensiva en toda regla. Mandó a reventar una marcha pacífica de manera torpe, sucia y evidente. Le soltó la cuerda a los perros policías que volvieron a traspasar los límites de la ley, deteniendo al voleo laburantes de prensa y extras, en una noche que estaba llamada a ser recordada con emoción en los próximos meses como una muestra de madurez de la ciudadanía, para transformarla en un verdadero aquelarre de violencia propia que quiso endilgar a los partidos políticos opositores, las organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, y la ciudadanía en su conjunto, hoy desprotegida por un gobierno cerrado en sus trece, que estigmatiza a su propia poblac