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GLOBALIZACIÓN 4.0: ¡GUAIDÓ PRESIDENTE!

La maquinaria mediática no descansa. Los medios hegemónicos a un lado y al otro del Atlántico han convencido a una porción importante de la población de sus respectivas áreas de influencia que la cruzada contra Nicolás Maduro y la izquierda populista latinoamericana lanzada por parte del denostado Donald Trump es justa y necesaria. La tragedia se repite, de nuevo, como farsa. Solo que esta vez Europa aprendió la lección y no está dispuesta a quedarse fuera del negocio como ocurrió en la era Bush. Las encuestas de los principales periódicos españoles, por ejemplo, demuestran que un porcentaje elevadísimo de sus lectores creen que el auto-instituido Juan Guaidó es ya el legítimo presidente de los venezolanos. No quieren oír hablar de «golpe de estado», «soberanía», «estado de derecho», «no intervención», «orden internacional». Ni están dispuestos a realizar análisis crítico alguno acerca de lo que ha venido pasando en Venezuela desde el frustrado golpe contra Hugo Chávez en 2002. Tampoc

OPERACIÓN SECUESTRO

Hace cuatro años nadie hubiera previsto la velocidad con la cual se está produciendo el giro neoconservador y neoliberal en América Latina. La tendencia era clara, pero la implantación del nuevo registro se está produciendo a través de mecanismos obscenos de autoritarismo y manipulación mediática, cuyos efectos en las poblaciones se traduce en una experiencia de vorágine, de «shock». A esta obscenidad política y mediática se suman, sin temor, fuerzas aparentemente en pugna en el escenario mundial, redibujando las alianzas y los bloques confrontados. Trump encabeza la estrategia del bloque injerencista; Europa, vacilante, se lo permite. Lejos quedan los reproches de su populismo rapaz y racista. Hasta el «bueno» de Trudeau se suma a la cruzada y concita el aplauso de la prensa hegemónica que augura otro ciclo de expropiación y desposesión en la región. Honduras y Paraguay marcaron el camino. Brasil, Ecuador y Argentina completaron el esquema. Venezuela es el último bastión de la frágil

EL PAÍS DE LAS ÚLTIMAS COSAS

Éstas son las últimas cosas - escribía ella -. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo. No espero que me entiendas. Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras, jamás podrías imaginártelo. Estas son las últimas cosas...  Paul Auster Esta mañana, cuando comencé a leerles a mis hijos la novela de Auster cuyas primeras líneas son, justamente, el fragmento que utilizo como epígrafe para esta nota (un ejercicio que hacemos los fines de semana: sentarnos a leer en voz alta - acabábamos de terminar con El viejo y el mar de Hemingway), me corrió por el cuerpo una suerte de escalofrío.  Al recordar el relato de Auster (que yo ya había leído hacía muchos años), pensé en el momento, en 2014, cuando me fui de la Argentina. Entonces, hacía 3 años y medio de mi regreso.  El país con el cual me encontré en 201

TECNOCRACIA, POPULISMOS, SOCIALISMO BUROCRÁTICO Y PERONISMO

En una reciente intervención en la televisión rusa, el filósofo esloveno Slavoj Žižek señalaba, comentando el impasse que vive Europa - el cual se manifiesta de manera patente en las protestas de los llamados «chalecos amarillos», que la respuesta a este «punto muerto» en el que nos encontramos no puede ser ni el populismo, ni la tecnocracia. En el caso del populismo, dice Žižek, las soluciones que puede ofrecernos son contradictorias y en última instancia imposibles de cumplir. Pone como ejemplo las demandas de los manifestantes en París y otros lugares de Francia: no se pueden combinar las pretensiones de una política ecológica y una reducción de los costos de los combustibles; tampoco se pueden pretender mejoras en los servicios públicos (sanitarios, educativos, de transporte, vivienda pública, etc.) al tiempo que se insiste en reducir drásticamente los impuestos. Obviamente, la solución tampoco puede venir de lo que él denomina «la tecnocracia» (la democracia formal cooptada por lo

SOBRE LAS ALTERNATIVAS

Si echamos un vistazo al actual mapa del mundo, descubrimos que las fuerzas políticas se dividen grosso modo en dos bandos: aquellos que están comprometidos con la implementación de recetas «neoliberales» para organizar la sociedad, y quienes se enfrentan a ello con un conjunto de limitadas fórmulas de pretendido corte «keynesiano» . En cualquier caso, ambas versiones de la economía política tienen el objetivo de amparar la propiedad privada y se encuentran al servicio inamovible de los ricos. Se alternan o se combinan de acuerdo con las circunstancias en diferentes dosis para hacer plausible la aparente alternativa, creando una suerte de ilusoria «política de consensos».   Mientras tanto, una parte importante de la llamada «izquierda», en sintonía con las tesis hiper-individualistas del libertarianismo hayekiano y miltonita, niega o trata como anacrónica la lucha de clases, para centrarse exclusivamente en las luchas por el reconocimiento de las identidades diferenciadas

MUROS

Introducción Para empezar, voy a referirme a la fórmula de Hannah Arendt «el derecho a tener derechos», y sus posibles sentidos en las presentes circunstancias en las que la situación geopolítica vuelve a adoptar una lógica nacionalista excluyente. En segundo término, quiero hacer referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en relación con el movimiento transnacional de los actuales derechos humanos surgido en la década de 1970, acomodándose a las nuevas formas de gobernanza neoliberal. En tercer lugar, ofreceré algunos datos generales acerca de la situación de los refugiados y migrantes en el mundo de acuerdo con las estadísticas más recientes que maneja el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados. Diré un par de cosas sobre los muros, sobre su multiplicación a partir de 1989 (fecha en la cual, pensamos, la caída del muro de Berlín, el derrumbe de la llamada «cortina de hierro», prometía convertirse en el final de todos los muros). En este se