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LA APROPIACIÓN

1 Entre las palabras y las cosas se tienden hilos invisibles. Cuando estos hilos se cortan, las palabras se convierten en sonidos incomprensibles y las cosas en presencias espectrales. A esos espectros, que son las cosas para las que ya no tenemos palabras, nos las llevamos por delante en nuestro trato cotidiano con el mundo. Las experimentamos externamente como embates, sacudidas, atropellos, desencuentros, violencias e injusticias incomprensibles e irracionales. Dentro nuestro, son explosiones emocionales, paranoias, pulsiones irrefrenables y fantasías desbocadas. Entre las sombras que habitan en el interior de las cuevas subjetivas, y los desencuentros, las violencias e injusticias que se reflejan en el mundo, existen vasos comunicantes que debemos descubrir y descifrar si queremos vivir bajo la guía auténtica de la razón. 2 Entre la esfera privada, en la que se despliegan y articulan las relaciones personales y tienen lugar las escenas íntimas que protagonizan los seres humanos

¿MUROS O PUENTES?

A diferencia de lo que ocurre en Europa, donde la injerencia en Venezuela por parte del bloque geopolítico formado por Trump y varios países de la UE está decidida - sin reflexión mediante, y pese a las consecuencias sangrientas que supone - en América Latina es una línea roja que divide las aguas, y pone blanco sobre negro acerca del posicionamiento ideológico y geopolítico en pugna en la región. Eduardo Valdés es el más fiel intérprete del Papa Francisco en la política argentina. En una entrevista televisiva, ante la pregunta del periodista Alejandro Bercovich sobre la situación en Venezuela y la posibilidad de que el Papa Francisco participe como mediador en una mesa de diálogo entre las partes en conflicto, Valdés ofreció caracterizaciones relevantes que pueden extrapolarse para entender las alternativas que tenemos a nivel global. Recordemos, nos dice Valdés, que el Papa Francisco fue el «co-autor», en su todavía breve pontificado, de tres importantes hazañas diplomáticas: (1) las

LA VIEJA EUROPA OPTA POR LA CIRUGÍA ESTÉTICA

Seis gobiernos europeos reconocerán hoy a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Entre ellos, el que preside Pedro Sánchez, quien llegó al poder a través del apoyo parlamentario de los opositores de Mariano Rajoy. Detrás del reconocimiento de Guaidó se abre un abanico de incógnitas. La situación de Venezuela es de una inestabilidad evidente, y los antecedentes de los cambios de régimen en Siria y Libia patrocinados por Estados Unidos y la Unión Europea no auguran nada bueno, excepto para los «inversores», por supuesto. Donald Trump quiere recuperar la región a cualquier costo. «Todas las opciones están sobre la mesa» - declaran sus funcionarios de primera línea. Y los gobiernos europeos, que en el pasado reciente (recordémoslo) denostaban el advenimiento de Trump, su racismo manifiesto, y su prepotencia diplomática, hacen fila para cumplir con su mandato. No se trata de un movimiento aislado por parte de los Estados Unidos, sino de una estrategia global que empieza poco a

RAZÓN HUMANITARIA, DERECHOS HUMANOS Y NUEVO IMPERIALISMO

Estados Unidos y Gran Bretaña han bloqueado el acceso al gobierno de Maduro a sus depósitos soberanos. El bloqueo está en continuidad con una larga política de boicot a los gobiernos de Chávez y Maduro que se ha extendido durante las últimas décadas con el propósito de socavar su legitimación democrática y forzar un cambio de régimen.  El antecedente del golpe de estado perpetrado en 2002 puso en evidencia que tanto la Unión Europea como los Estados Unidos están dispuestos a quebrar el orden constitucional venezolano para asegurar sus respectivos intereses en la región. Tanto Estados Unidos como España, en aquel momento presidida por José María Aznar, se apresuraron a reconocer a los líderes del golpe como legítimos gobernantes de Venezuela, en detrimento de Hugo Chávez, quien había accedido al poder a través de las urnas. La prensa internacional informa hoy que los Estados Unidos inician un programa de «ayuda humanitaria» en el contexto de su compromiso con los «derechos humanos». L

GLOBALIZACIÓN 4.0: ¡GUAIDÓ PRESIDENTE!

La maquinaria mediática no descansa. Los medios hegemónicos a un lado y al otro del Atlántico han convencido a una porción importante de la población de sus respectivas áreas de influencia que la cruzada contra Nicolás Maduro y la izquierda populista latinoamericana lanzada por parte del denostado Donald Trump es justa y necesaria. La tragedia se repite, de nuevo, como farsa. Solo que esta vez Europa aprendió la lección y no está dispuesta a quedarse fuera del negocio como ocurrió en la era Bush. Las encuestas de los principales periódicos españoles, por ejemplo, demuestran que un porcentaje elevadísimo de sus lectores creen que el auto-instituido Juan Guaidó es ya el legítimo presidente de los venezolanos. No quieren oír hablar de «golpe de estado», «soberanía», «estado de derecho», «no intervención», «orden internacional». Ni están dispuestos a realizar análisis crítico alguno acerca de lo que ha venido pasando en Venezuela desde el frustrado golpe contra Hugo Chávez en 2002. Tampoc

OPERACIÓN SECUESTRO

Hace cuatro años nadie hubiera previsto la velocidad con la cual se está produciendo el giro neoconservador y neoliberal en América Latina. La tendencia era clara, pero la implantación del nuevo registro se está produciendo a través de mecanismos obscenos de autoritarismo y manipulación mediática, cuyos efectos en las poblaciones se traduce en una experiencia de vorágine, de «shock». A esta obscenidad política y mediática se suman, sin temor, fuerzas aparentemente en pugna en el escenario mundial, redibujando las alianzas y los bloques confrontados. Trump encabeza la estrategia del bloque injerencista; Europa, vacilante, se lo permite. Lejos quedan los reproches de su populismo rapaz y racista. Hasta el «bueno» de Trudeau se suma a la cruzada y concita el aplauso de la prensa hegemónica que augura otro ciclo de expropiación y desposesión en la región. Honduras y Paraguay marcaron el camino. Brasil, Ecuador y Argentina completaron el esquema. Venezuela es el último bastión de la frágil

EL PAÍS DE LAS ÚLTIMAS COSAS

Éstas son las últimas cosas - escribía ella -. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo. No espero que me entiendas. Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras, jamás podrías imaginártelo. Estas son las últimas cosas...  Paul Auster Esta mañana, cuando comencé a leerles a mis hijos la novela de Auster cuyas primeras líneas son, justamente, el fragmento que utilizo como epígrafe para esta nota (un ejercicio que hacemos los fines de semana: sentarnos a leer en voz alta - acabábamos de terminar con El viejo y el mar de Hemingway), me corrió por el cuerpo una suerte de escalofrío.  Al recordar el relato de Auster (que yo ya había leído hacía muchos años), pensé en el momento, en 2014, cuando me fui de la Argentina. Entonces, hacía 3 años y medio de mi regreso.  El país con el cual me encontré en 201