LA FRAGILIDAD DE LOS DERECHOS
Quizá, lo más difícil de aceptar es que no hay manera de garantizar nuestros logros societales de libertad, igualdad y justicia. La política democrática (la filosofía platónica es una larga reflexión acerca de ello) no garantiza en modo alguno la justicia. Ni siquiera los derechos humanos son una garantía, especialmente cuando los reducimos a regímenes institucionales y los dejamos en manos de expertos legales o diplomáticos. El caracter utópico de los derechos humanos es otra cosa. Es la voz de los oprimidos y excluidos, la voz de las víctimas que se resisten a ser interpretadas por los expertos. Por supuesto, eso no significa en modo alguno renunciar a un mundo más justo, más igualitario y fraterno, pero creo que resulta dudoso que podamos asegurar ese mundo a través de divesas estrategias de fundamentación o diferentes procedimientos de legitimación (ni la constitución, ni las mayorías populares pueden asegurar lo que ocurrirá, y tenemos que hacernos cargo de esa reali