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Mostrando entradas de marzo, 2009

LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA: ¿FLOR DE VERANO?

La democracia española tiene pocos años. Hay más de tiranía y opresión en la historia de este reino que las bondades que regala la libertad. Las palabras bellas merecen un trato delicado. Se afianzan en la prueba que les impone la historia. Mientras la necia ignorancia y la especulación acalorada hicieron creer a los españoles, a sus gobiernos de turno y a la corona que desde su pretendida neutralidad vigila los valores que alimentan a su pueblo, que el mundo estaba en sus manos, era fácil y apropiado para la ocasión posar de progresistas, y aparentar generosidades y hospitalidades a los recién llegados, los inmigrantes. La hospitalidad no venía acompañada del reconocimiento que le correspondía. Se arreglaron, presuntuosos, para hacer pasar el trabajo que se le daba al extranjero por favores. No se decía mucho del milagro español, del milagro del ladrillo y la especulación. No se decía, por ejemplo, que el milagro se llevaba la sangre de los inmigrantes que como esclavos egipcios, fab

EL SENTIDO COMÚN ES PURA IDEOLOGÍA

Basta con transitar con cierta atención a través del entramado discursivo que nos envuelve para constatar que pese a los esfuerzos denodados de algunos de sus protagonistas por demostrar su pragmatismo y sentido común, lo que impera ineludiblemente es pura y simple ideología. Digamos el asunto con cierto esmero popular: El más peligroso de los locos es aquel que no sabe el mal que padece. Eso es lo que ocurre con buena parte de nuestra concurrencia, que pese a la estrepitoso fracaso de las cosmovisiones a las que adhirieron y apostaron su pellejo, se aferran con uñas y dientes al sentido común que estas cosmovisiones nutrieron. Entre las más firmes convicciones que el sentido común de la visión derrotada se esmera por perpetuar, es aquella extendida creencia que afirma que la política puede reducirse a la concertación o consensuación de los individuos o grupos de intereses; o su espejo ideológico, que afirma lo político como conflicto agonístico permanente. Los posicionamientos de uno

SOBRE LA PATRIA GRANDE Y EL ESPEJO OPOSITOR

La situación política Argentina (y latinoameriana, en general) interroga sobre la cuestión de la conmensurabilidad de las posiciones que se manejan, o si acaso lo único que podemos esperar es el espectáculo de 'matones': una política abocada (al final) a la destrucción del otro como único camino para actualizar los proyectos políticos que imaginan los contendientes. La oposición tiene más de Robespierre de lo que quisiera reconocer, y el gobierno K. es más negociador de lo que pretende mostrar. La cuestión de la inconmensurabilidad es plausible, sin embargo, no hay razón para creer a priori que deba ser de ese modo, se han intentado proyectos que han dado fruto (hasta cierto punto, claro) y la pregunta es si hay posibilidad de avanzar en esa dirección. Lo que parece evidente es que la posición de la oposición se funda en la incomensurabilidad radical de los proyectos políticos: es el todo o nada. Por ahí, no hay manera de ofrecer respuestas a la patria. Queda únicamente aposta