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Mostrando entradas de 2019

EL VEREDICTO

Quienes tenían dudas sobre la posición europea respecto a la actuación procedimental de la justicia española en la cuestión abierta por el independentismo catalán en el caso en torno al  procés pueden ir dejando de lado reparos y reconocer, llanamente, que las instituciones europeas no aceptan los subterfugios jurídicos como sustitutos de la política, al menos en su jurisdicción, y especialmente en lo que concierne a disputas territoriales. Existe un hilo de continuidad entre las decisiones de los últimos años de los tribunales alemanes, belgas y británicos, y el veredicto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que conocimos esta semana. El mensaje del tribunal tiene una doble vertiente. Mucho se ha discutido en los últimos años sobre el fondo y la forma. Primero fueron los independentistas los que se escudaron en la verdad del fondo para romper el status quo estatutario y constitucional con el arrebato parlamentario del 6 y 7 de septiembre,  con el desafío del 1 de octubr

LAWFARE Y GUERRA MEDIÁTICA

El Papa contra el Lawfare Hace unos meses, el Papa Francisco criticó duramente el uso del Lawfare y las prisiones preventivas. El Lawfare consiste en un despliegue jurídico, cuyo propósito exclusivo es la persecución y encarcelamiento de opositores políticos que, al ser acompañado por los medios de comunicación, se convierte también en una «guerra mediática» que busca dañar y deslegitimar a los líderes políticos y sociales frente a la opinión pública.  Esta guerra judicial contra oficiales locales, pero también, en una suerte de jurisdicción universal, contra aquellos líderes políticos que atentan contra intereses estratégicos, estatales o corporativos, es «una nueva forma de intervención exógena», ha dicho el Papa, «cuyas armas son el uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales». En América Latina, el lawfare y la guerra mediática se han implementado de manera sistemática para erradicar a los gobiernos de tendencias populares y socialistas, y sus ra

INMIGRACIÓN Y BILINGÜISMO

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Sobre los consensos Leo en La Vanguardia un artículo titulado «bilingüismo», de Imma Monsó. Comienza con una de esas reflexiones habituales sobre lo que ha supuesto educarse o no educarse en catalán, sobre la brecha generacional y sobre todas esas cosas tan repetidas en el discurso oficial por eso del «consenso de país» (¿consenso? ¿intocable? ¿«inaceptable plantear siquiera la cuestión», como dice Tardà, «porque nos ha costado tanto» [1]? ¿como la Constitución española, pero acompañado con un tono de indignación más polite ?). Si hay que dialogar, debatir, discutir, debemos poder hacerlo sobre todo, sin cortapisas, sin vacas sagradas a las que les debamos pleitesía, sin rasgarnos las vestiduras, sin impunidad manifiesta (¿no es esa la idea?). Abierto el melón, muchas semillas.   Sin embargo, el artículo me deparaba una sorpresa, porque se construye, como la misma autora reconoce, a partir del premio Cervantes concedido a Joan Margarit, un autor que escribe en ambas l

PASTORAL

I. La Carta  Espero que estés bien. Me pareció genial la iniciativa de K.  El asado estuvo estupendo, y también la «algarabía» que acompañó el festejo. Pude reencontrarme con  amigos que no veía desde hacía mil años, y rememorar anécdotas que explican lo que nos ha movilizado para asistir al festejo.  También conocí gente estupenda, buenos amigos de K que ayudaron a organizar la celebración de la efemérides de nuestro querido marplatense. Todo esto se agradece y se aplaude.  Sin embargo, después vinieron las «conversaciones», que me dejaron un sabor amargo, y un malestar en el cuerpo.  Por supuesto, no hay que descontar el clima, que no ayudó. Todos andábamos apretados y torcidos. Sin embargo, la oscuridad de los tiempos que corren  me ha vuelto impaciente con ciertos asuntos.  Después del «tentempié » en el club de natación, donde celebramos el encuentro, nos fuimos a un bar en lo viejo. En la puerta, estuve hablando con unos y otros  sobre la «guerra que se avecina» y la

BOLIVIA

Golpe La prensa europea, en su mayor parte, se plegó al relato de las derechas vernáculas en América Latina, y replicó, con matices, el entusiasmo de la Administración Trump, que se apresuró a festejar el golpe. Algo semejante ocurrió en 2002, ante al golpe contra Chávez. Y unos años más tarde, ante el golpe contra Zelaya. Estos y otros comportamientos revelan una política de Estado. Esta vez, Trump fue más que explícito en su apoyo a los golpistas. Felicitó en un comunicado a las Fuerzas Armadas de Bolivia por el trabajo realizado en «pos de la democracia y la felicidad del pueblo boliviano». El mensaje es consonante con la larga historia de intervencionismos de los Estados Unidos en la región. También el rol de la OEA reveló el lugar que ocupa en el tablero geopolítico como cabeza de playa del imperialismo estadounidense.  En principio, el silencio y la aparente indiferencia europea ante el golpe en Bolivia llama la atención, como llaman la atención las «exóticas» justif

RAZÓN Y REVOLUCIÓN EN EL SIGLO XXI

Sobre la Revolución  En una ocasión escuché a un historiador tibetano, en Oxford, explicando cuáles eran los motivos de su fascinación por la historia británica. Básicamente, lo que este historiador tibetano destacaba era que la historia británica estaba libre, en su mayor parte, de cualquier espíritu “revolucionario”.  Supongo que, desde el punto de vista histórico-político, el historiador en cuestión no hacía más que poner de manifiesto una característica habitual de los pensadores budista (especialmente, los budistas tibetanos): afinidad con el espíritu conservador. No porque los budistas consideren que el actual  statu quo sea deseable, o «el mejor de los mundos posibles», como decía Churchill respecto a las democracias liberales parafraseando a Leibniz, y mucho menos debido a que se encuentren en sintonía con la versión Fukuyamita del «fin de la historia» —aunque es cierto que en las décadas de los años ochenta, los noventa y más allá, algunos filósofos budistas occident