LA DISPUTA DE LOS HISTORIADORES
Hoy me gustaría decir algunas cosas sobre el pasado colectivo a la luz de algunas “soluciones terapéuticas” a las que estamos acostumbrados en el ámbito privado. Creo que no me equivoco si digo que cierta comprensión derivada del freudismo ha sabido imponer a nuestra cultura la idea de que el pasado debe ser “superado” y que esa superación pasa por enfrentar primero, y luego “aprender a olvidar”. En este sentido, el pasado es una suerte de fantasma, de quimera, que el analista nos ayuda a confrontar con el propósito de despotenciar. En estos días tan llenos de confusión y rabia que transita la Argentina, una parte de la ciudadanía alega argumentos análogos en relación a los juicios por crímenes de lesa humanidad que se juzgan en nuestros tribunales. El ex-presidente y ahora candidato Duhalde ha inflamado el debate aludiendo a la extensión del tiempo transcurrido como alegato a favor de una amnistía, el perdón y el olvido que la sociedad argentina se debe a sí misma como requisito ind