DIÁLOGOS KIRCHNERISTAS: Excepcionalidad y normalidad.
En esta entrada me gustaría plantear algunas cuestiones que, a nuestro modo de ver, sólo ahora merecen ponerse sobre el tapete. Las razones coyunturales para hacerlo son dos. Por un lado, algunos signos inequívocos que ponen de manifiesto la necesidad de poner orden en la tropa. Algunos escándalos de las últimas semanas así lo ameritan. Además de la lealtad de grupo que se ha pronunciado con estridencia necesaria en estos días, es una condición sine qua non para la salud de dicho grupo, cultivar la amistad que da lugar a la crítica constructiva. De otro modo, el acierto se convierte en desacierto y los dioses se transforman en demonios. Desde ya, y como puede constatarse en las páginas que preceden a esta entrada, nuestra posición es de acompañamiento al modelo. Lo hemos afirmado en muchas ocasiones en las cuales se ponía en cuestión, con mayor o menor acierto estratégico, la dirección general de la política kirchnerista. Con el fin de establecer las coordenadas del debate, hemos eludi