EL CEREBRO DEL EMPERADOR




Cinco ilustraciones 

1) Un diputado nacional hace una denuncia de los manejos oscuros del presidente de la República ante la justicia. Al día siguiente el Ministro Garavano lo demanda por daños y perjuicios por una suma multimillonario con el fin de amedrentarlo.

2) Un periodista de Página12 pone al descubierto el accionar oscuro en el manejo patrimonial del presidente. Al día siguiente los diarios oficialistas (la inmensa mayoría de la prensa alineada al nuevo poder de la Argentina) lo escracha en todas las portadas acusándolo de oscuras y promiscuas relaciones como doble agente durante la Dictadura militar. Una vieja denuncia sin sustento reflotada con el único fin de hacer el trabajo sucio de los servicios que ahora ejercitan con fruición los columnistas.

3) Ante las acusaciones de organismos de derechos humanos y organizaciones de defensa de Derechos humanos y la evidencia que están perdiendo la partida por el cúmulo de mentiras y desmanejos en el caso de desaparición forzada de Santiago Maldonado, el gobierno responde victimizándose, aprovechando la ingenuidad de su tropa para alentar la figura de la gobernadora Vidal, el rostro preciado electoralmente detrás del candidato despreciado a favor del cual se practicó aparentemente el fraude, tildado por la prensa moralista como "picardía".

4) Ante los sindicalistas obligados a cumplir con su rol representativo, a quienes se les exige desde las bases un protagonismo combativo ante la embestida gubernamental que avanza con el ajuste y la flexibilización laboral, el gobierno responde echando funcionarios sindicales del gobierno, interviniendo las obras sociales y judicializando a los sindicatos que le son opositores, violando  derechos civiles y políticos primarios.

5) Si un fiscal o un juez realiza una investigación molesta para el ejecutivo o alguno de sus socios corporativos, todas las fuerzas del Estado y la sociedad civil afin con la ideología triunfante, junto con el partido judicial y los medios oficialistas, convocan a todos los espíritus malignos para acabar con el desacatado. Exigen renuncia y juicio político sin prestar la más mínima atención a los límites normativos que definen una república democrática.

Preguntas incómodas

¿Acaso cree  el macrismo que su sigla y su trasfondo son el "fin de la historia", una nueva hegemonía imperial llamada a gobernar el país por siempre jamás o, al menos, durante los próximos mil años? 

¿Acaso no leyeron los libros de historia? ¿Puede ser que no hayan aun previsto que tarde o temprano volverán a barajarse las cartas y las armas afiladas no estarán entre sus manos? ¿O es que piensan hacer desaparecer para siempre a sus contrincantes sociales y políticos, borrarlos de la faz de la tierra, prohibir su nombre, su recuerdo y su destino inexorable de volver a ser, como vuelven a ser todas las cosas de este mundo bajo otro ropaje? 

Cuando la militancia exasperada de Cambiemos (entre la que se encuentran mercenarios, ciertamente, pero también crédulos convencidos, fanatizados por un relato manufacturado para herir con acerada precisión quirúrgica su sensibilidad en un pase mágico de marketing político) responde a quienes no encajan con su sesgo ideológico, no con argumentaciones razonadas, sino con improperios, insultos y escraches y la hilvanada y retorcida enumeración de la "herencia recibida" que millones añoran aún esperanzados, ¿son acaso conscientes que el país que están construyendo es el que transitarán sus hijos y los hijos de sus hijos, y que está herida de muerte que están infligiendo en la textura de los días no sanará en muchas generaciones? ¿Son conscientes que es su propia seguridad física y moral la que ha quedado desnudada debido a la violencia que ellos mismos están inoculando?  

Tarde o temprano, la violencia llegará... y sea que la padezcas o la administres, no habrá manera de escapar ya a la mancha humana y cancerosa que arruinará nuestras vidas. 

El espantapajaro y el arquero

En las redes sociales reconozco alguna gente que conocí en mi niñez. Los descubro enajenados por el odio, revueltos contra el imaginario kirchnerismo con el cual “kirchnerizan” todo lo que no se acomoda a su grotesca visión de la realidad. Pretenden ser los dueños absolutos del país de una manera que ni la propia "soberbia” de algunos personajes del llamado “universo kirchnerista” del pasado practicaron. 

Ahora son malón, son millones, y se los identifica conduciendo la mayor parte de los programas televisivos y radiofónicos, y se los escucha en off, retorciéndose en sus asientos mientras teclean con insistencia su rabia y sed de venganza sobre las pupilas de todos sus lectores, quienes las reproducen como un virus que contamina todo lo que tocan. 

El regreso de la muerte política

Todo indica que el país se desliza inexorablemente hacia una nueva ola de persecución y de muerte. Lo que hace unos pocos meses parecía impensable, es hoy una realidad vieja: hay un desaparecido.

El Estado está definitivamente involucrado en el caso, según muestran los testimonios presenciales, la desprolija y contradictoria explicación del ejecutivo, la sucia estrategia de las fuerzas de seguridad y las pruebas que manejan con parsimonia las autoridades judiciales temerosas ante la posible venganza presidencial y corporativa con intereses en la zona. 

La fiesta electoral ha sido manchada con rotundas sospechas de fraude. Se le quiso birlar el festejo a la fuerza triunfadora, haciendo desaparecer medio centenar de miles de votos. Y ahora el gobierno se victimiza y dice, con el tono altisonante y autoritario que utiliza el "nuevo Macri" sin sonrojarse: ¡Terroristas! Y la historia vuelve a correr en nuestra contra…

LOS DERECHOS HUMANOS COMO PROGRAMA POLÍTICO

Mujeres mapuches (Fuente: Wikipedia). 

¿El fin(al) de los derechos humanos?

Hace algunos meses, cuando aún se vivía entre los votantes del Breixit el triunfalismo que exigía “mano dura” para enfrentar a los “burócratas de Bruselas,” la primera ministra británica Theresa May afirmó que "cambiaría las leyes que protegen los derechos humanos si se convierten en un obstáculo a la hora de luchar contra los sospechosos del terror.”

Recientemente, el Secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, haciéndose eco de declaraciones anteriores de su Presidente, Donald Trump, señaló de manera análoga que la promoción de “valores (inspirados en los derechos humanos) crea obstáculos a nuestra habilidad para lograr cumplir con nuestros intereses en términos de seguridad nacional y desarrollo económico.” 

Las declaraciones de Macri, sus ministros, funcionarios y voceros mediáticos van en una dirección análoga. Las declaraciones pioneras de Macri son replicadas produciendo un efecto “derrame” en la sociedad que se derechiza aceleradamente asumiendo como propios los discursos que empoderan a las fuerzas de seguridad y a la justicia de los tribunales para enfrentar con creciente indiferencia hacia los derechos básicos a aquellos señalados como hipotéticos enemigos interiores. 

El color de tu piel

La “extranjerización” del pobre y del delincuente es una figura común en nuestro espacio público que incluye a quien efectivamente delinque, pero también a quien defiende sus derechos portando de manera desvergonzada un rostro cuya coloración no condice con el imaginario de quienes detentan el poder o se identifican con el mismo. 

También es habitual tratar delitos como el narcotráfico como maldiciones que nos vienen de fuera, especialmente de otros países de la región que sirven de contraste a la marcada preferencia del votante medio del PRO por los especímenes del Norte Global.  En el colmo de la tergiversación histórica y la tomadura de pelo, la figura del indio tehuelche como indio de estirpe nacional, y el mapuche como terrorista internacional se hace eco de este imaginario perverso. 

En este sentido, la distancia entre (i) los supremacistas blancos que despliegan su violencia en las calles de Virginia, o (ii) los activistas xenófobos que hoy impiden los salvatajes marítimos de los migrantes africanos “musulmanes” en las costas del Mediterráneo, con (iii) la persecución física y mediática de los pueblos vulnerables que los herederos de Roca han convertido en el nuevo objetivo que embandera al gorilismo argentino, es solo circunstancial. En el fondo se trata de una misma herencia colonial, imperialista y neoliberal que impone a sangre fuego el status quo sobre los pueblos y los individuos que no se acomodan a los intereses e imaginarios que las élites promueven.  

Programas políticos

Algunos periodistas insisten en la siguiente interpretación. El éxito electoral de Cambiemos debe atribuirse a la visión del país que ha sabido articular para sus seguidores. Nos dicen: es el futuro que promete el que alimenta su caudal electoral. En contraposición, señalan que el kirchnerismo y otras fuerzas opositoras de izquierda solo tienen para ofrecer a la ciudadanía una épica de resistencia que se ha demostrado incapaz de colmar nuestros anhelos de convertirnos en un "país serio", un "par inter pares".  

Dice esta interpretación: es cierto, el kirchnerismo y otros actores que conformaron su “alianza” inarticulada, supieron ilusionar al electorado, pero el erotismo político se ha perdido y ahora solo quedan los restos de una pasión dormida que se alimenta con símbolos que rememoran sus mejores días de manera caricaturesca. 

Dos elementos parecen desmentir esta lectura. Para empezar, más allá del cotillón mediático sobre el cual Cambiemos construye su “felicidad” futura, el estado de ánimo del país en su cotidianeidad se asemeja a una resistencia pasiva o "mero aguante" ante una realidad económica y social que paraliza, entristece y desespera. 

A ese decidido deterioro de la ilusión, el macrismo duro responde exacerbando el conflicto para ponerlo en punto de ebullición, donde el revanchismo y el odio cobran forma. La violencia política es parte de nuestra realidad nacional. Las detenciones ilegales y desapariciones forzadas ya no forman parte de nuestra imaginación desbordada, son un hecho de la realidad. Y la negación por parte del Estado de estos crímenes y abusos es una prueba fehaciente de su efectividad.

En segundo término, aunque semioculta por la exacerbación del simulacro mediático-institucional, el kirchnerismo y otras fuerzas políticas de izquierda que articulan la oposición real en la presente coyuntura, tienen tras de sí una destacable y valiosa tradición nutrida en una centenaria historia “progresista y revolucionaria”: la de los derechos humanos. 

Los derechos humanos de los de abajo

Con ello no me refiero a los dispositivos habituales que utilizan los poderosos para perseguir y estigmatizar a sus enemigos en el plano internacional, sino a los derechos humanos de los de abajo, los cuales son, ni más ni menos, que un programa político de resistencia, pero también de futuro, una confluencia de visiones que asumen la libertad, la igualdad y la solidaridad fraterna como horizonte de sentido político, y en el plano internacional, contra la vergonzante apuesta por estimular nuestras relaciones carnales con un régimen xenófobo como la actual administración Trump, una globalización  alternativa a la que pretende el 1%, con la complicidad de amplios sectores de la población cooptados por la frivolidad y el simulacro de eso que hoy se anuncia o se denuncia como la “posverdad.”

LA VIDA PRIVADA DE LAS PLANTAS

Angelus Novus
A Cora y Pato (invisibles)


¿Dónde echarán raíces nuestros sueños? 
¿En la grieta apretada en la que nos asfixiamos, 
atrapados entre los extremos de razones de piedra? 
¿O quizá sea la superficie desolada del asfalto el refugio para enfrentar el luto, 
donde la simiente se vuelve infértil y la tierra prometida desierto de las almas? 
¿Dónde echarán raíces nuestros hijos? 
¿En el vacío que deja lo irreconciliable en la historia geológica de nuestro crisol de heridas, 
en la muerte y su repetición infinita, 
maldición de una tierra que en sus constelaciones vuelve a verse a sí misma asesina y suicida? 
¿Dónde encontraremos la paz que el árbol exige al cielo cuando cierra los ojos y respira? 
¿Serán nuestras ilusiones cerrada resistencia, 
resistencia empecinada y tozuda, 
pura y absoluta resistencia, 
sorda resistencia de las almas en pena, 
resistencia silenciosa en medio del escándalo que ofrece la avalancha de voces ilegibles que nos rodea, 
convertidas en viento huracanado,
 arrastrándonos, 
como al Angelus Novus, 
a otro ciclo trágico, desmemoria y olvidos?

APARICIÓN CON VIDA

En las fotografías, (1) el periodista y productor Jorge Lanata, uno de los artífices de la grieta cultural en argentina, y (2) Santiago Maldonado, el joven desaparecido hace 9 días por las fuerzas de seguridad del Estado con complicidad del gobierno de Mauricio Macri durante un acto represivo contra campamentos mapuches que ocupan tierras de la multinacional Benetton.  


El otro día, por curiosidad, revisaba algunos de los muros de Facebook de alguna gente que conocí en Argentina cuando regresé al país durante la última presidencia de Cristina Fernández. Algunas de esas personas militaban de manera vociferante contra el gobierno kirchnerista, y no dudaban al atacarlo en utilizar epítetos que hacían sonrojar a los ciudadanos más equilibrados emocionalmente.

La jerga lanatista convirtió al kirchnerismo y a los kircheristas en los más corruptos y degenerados espécimenes de ese "crisol de razas" que pretendió ser la Argentina. Sin embargo, entre la diversidad de tipos humanos, el kirchnerista fue convertido en "judío", una excrecencia, una cucaracha. Muchos los llamaban Kukas y animaban a "exterminarlos", silenciarlos o hacerlos desaparecer del espacio público.

El periodista Jorge Fernández Díaz del diario La Nación llegó a considerarlos "jihadistas" y al presidente Macri quien nos había salvado de la destrucción terrorista. Por consiguiente, todos los ingredientes que convocan al odio y el ejercicio de simulacro intelectual estuvieron a la mano de los militantes de Cambiemos y sus simpatizantes para hacer de cuenta que Argentina va a mejor.

Sin embargo, en el país en el que hoy se ha convertido la Argentina no hay mucho espacio para las alegrías, excepto para estos necios que consumen los productos enlatados de los medios o a los egoístas que se han alimentado con la sangre de los más humildes y las clases medias ascendentes ahora convertidas en moneda de cambio del nuevo orden nacional, regimentado, jerárquico y meritocrático que nos propone Macri y acompañantes. Un país en guerra consigo mismo, un país fraticida.

No hay ninguna variable económica que haya mejorado, sino todo lo contrario. Socialmente, el desempleo, la pobreza y la indigencia nos ha regresado a los peores registros que creíamos en vías de superación. No hay una mejora en la convivencia social, sino que se ha acrecentado la distancia entre los argentinos. Política e institucionalmente el país vive una época de clara excepcionalidad y arbitrariedad autoritaria.

Hay persecusión de opositores, utilización flagrantemente ilegal de las instituciones justiciales y las fuerzas coercitivas del estado para perseguir a los contrincantes políticos, encarcelarlos y, ahora también, hacerlos desaparecer de manera forzada. El caso de Santiago Maldonado es un punto de inflexión sin retorno.

La gente que conocí ya no se queja ni le pone voz en su muro a las injusticias. Festejan el cambio o se hacen los distraídos.

En una primera etapa del gobierno abundaban en facebook las fotos de "perritos y gatitos" en los muros, o el tipo de fotitos familiares o veraniegas estilo "desayuno criollita". Ahora las referencias son a una espiritualidad quietista y superficial que promueven los enviados de lamas y otros gurúes aliados, muchas veces aliados inconscientes del neoconservadurismo neoliberal que domina el orbe.

Como sus padres (o ellos mismos si tienen edad suficiente) repiten la historia que reproducen todos los libros de historia, todas las novelas y las películas edificantes, las de aquellos que encarnan eso que la filósofa Hannah Arendt llamó de manera controvertida "la banalidad del mal" y de la que luego aclaró, "no es estupidez sino más bien una sistemática incapacidad para pensar."

NO ME DIGAS QUE SOMOS UN PUEBLO

Milei viaja a España para apoyar a la extrema derecha, a esa derecha franquista y neoliberal que busca derrocar al gobierno de Pedro Sánchez...