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LA CULTURA DE LA MENTIRA

  Vivimos en una época en la cual la verdad está acorralada bajo el fuego cruzado de la publicidad (ese monstruo amable), las campañas partidistas que sirven variados intereses de clase, y los hábitos en las relaciones interpersonales que la asimilación de los modelos del mercado capitalista y la política mediatizada imponen a los comportamientos individuales.    Contrariamente a lo que usualmente se cree, la verdad es poderosa y se manifiesta con contundencia. Lo real se impone siempre con una pasmosa evidencia. Nuestros cuerpos no mienten: nacen, se unen y se separan unos de otros, envejecen, enferman y mueren. La naturaleza es tirana: de las semillas de arroz no nacerán durazno por mucho que insistamos. Nuestra consciencia moral tampoco miente: nuestras comportamientos producen siempre consecuencias análogas para nuestra vida interior. La crueldad no puede esculpir personalidades bondadosas, y el amarrete y codicioso jamás gozará como quien, consciente del carácter efímero y vulnera

ARDE BARCELONA

La política es asunto de sujetos,  o más bien de modos de subjetivación.  J. RANCIÈRE El título es una exageración, evidentemente. Pero el malestar es real y la desorientación palpable.   Las elecciones del 14F dejan un escenario pobre y con las fracturas visibles. Independentistas, antiindependentistas, dialoguistas, rupturistas, ricos, pobres, catalanes de toda la vida, catalanes españolistas, “colonos”.    Todas las identidades amontonadas: fascistas y antifascistas, en un popurrí indistinguible más allá de las consignas. Demócratas, liberales, republicanos, conservadores, ecologistas, radicales derechistas e izquierdistas, todos unidos, mal que les pese, bajo la misma estrategia policial de gestión poblacional.    Por el otro lado, los «de afuera», los que utilizan sus banderas como provocación, pero les da lo mismo la estelada o la preconstitucional, los que buscan con sus "expresiones groseras" y sus "destrozos callejeros" y "vandalismos" que tanto e

(DES)OBEDIENCIAS. Dialéctica de la libertad, la igualdad y la fraternidad

  Introducción    No podemos hablar de la desobediencia sin hablar de la obediencia. No solo porque lo que distingue a los dos términos es un prefijo de negación en uno de ellos que hace evidente su intrínseca relación, sino porque, por eso mismo, ni la obediencia, ni la desobediencia son nociones absolutas. Obedecer significa, negativamente, desobedecer otras demandas que reclaman autoridad sobre nosotros. De la misma manera, que desobedecer implica rendir nuestra obediencia a otras banderas o principios que pugnan o reclaman igual o superior autoridad sobre nosotros.    Ahora bien, para explicar mi perspectiva sobre este asunto, debo comenzar contextualizándola. De otro modo, mi reflexión será necesariamente superficial. ¿Qué quiero decir con esto? Que, de lo contrario, mi propia reflexión no será otra cosa que una rendición obediente (aunque inarticulada) a ciertas autoridades epistemológicas y normativas que hemos fetichizado, naturalizado.    Lo que quiero decir es que este «desví

UN VIEJO CHISTE JUDÍO. LA ESCOLA Y EL PALAU

La escola y el palau Mientras ERC abandona intempestivamente una reunión del Comitè Executiu de Crisi per la Covid-19 por supuestas filtraciones llevadas a cabo por JxC en su afán de sacar rédito electoral de cada decisión política que se toma o no se toma (incluso si esas decisiones tienen el objetivo de abordar cuestiones relativas a la pandemia, que a fecha de hoy está causando estragos y promete una carnicería para el invierno) la Escola continúa avasallándonos, con el objetivo de desligarse de sus responsabilidades y convertir nuestro caso en un problema «social», y a nosotros mismos en una familia «problemática socialmente».  Triste realidad: tantos años de postureo identitario y luchas por el reconocimiento, tanta alharaca superficial realizando absurdos eventos simbólicos para defender el derecho de cada cual a ser lo que es, todo tirado a la basura ante la primera crisis significativa. El chiste judío Ayer, la directora de la Escola nos citó para el día 26 de noviembre a las

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Y parirás con dolor la sociedad del futuro… Han pasado nueve meses desde que, en marzo, se desató la pandemia en Europa. Dos metáforas podrían utilizarse para analizar lo ocurrido. Podemos pensar en la pandemia como un emblema de la agonía y la muerte de un orden social, pero también podemos hablar en términos del nacimiento de un mundo nuevo. Combinadas, estas dos metáforas nos ofrecen un emblema para pensar lo que nos está pasando.    Si pensamos en la metáfora de la muerte, estos nueve meses (y los que sigan) podrían analizarse teniendo en cuenta el esquema de Elizabeth Kübler-Ross sobre los estadios de la agonía: negación, ira, negociación, depresión, aceptación. La pugna social es, en buena medida, entre individuos y grupos sociales que se encuentran en diferentes fases de su proceso de aceptación de que hay algo que está definitivamente acabado.    Eso que está terminado definitivamente no es otra cosa que la «normalidad» a la que nos aferramos con uñas y dientes esperando que el

DENUNCIA CONTRA UNA ESCOLA PÚBLICA CATALANA

Me dirijo a usted con mi mayor consideración. Mi nombre es JMC. Soy argentino, residente en Barcelona, padre de X, Y y Z, los tres de nacionalidad italiana y argentina, aunque nacidos en Barcelona en 2006, 2008 y 2010 respectivamente.     Le escribo con el propósito de iniciar un trámite de denuncia contra la dirección de la Escuela X, en el barrio de Gracia de Barcelona y, puntualmente, contra el docente J.M, y otros profesionales de soporte que han participado en la incidencia que explicaré a continuación.    El 14 de septiembre de 2020, envié la carta que adjunto, en la que expliqué con detalle nuestra situación familiar y solicité a la dirección de la escuela que me proveyera de información sobre la existencia de cualquier protocolo alternativo a la asistencia presencial de los niños, ante la falta de garantías sanitarias suficientes ofrecidas por parte del Estado – insuficiencias que, en los meses siguientes, pese al esfuerzo de la maquinaria mediática por demostrar lo contrario,

LOCKE EN EL CONURBANO

Familias En las últimas semanas, en Argentina, la agenda mediática ha estado ocupada por tres cuestiones que merecen una reflexión sosegada. La primera cuestión está asociada a tres escándalos familiares, con implicaciones delictivas y consecuencias políticas, vinculadas a tres familias paradigmáticas de la oligarquía local, y asociadas respectivamente (1) al negocio de los medios de comunicación; (2) a la llamada «patria» contratista, reconvertida por sus herederos en un floreciente negocio basado, simultáneamente, en la acumulación por desposesión (gracias a los privilegios que supusieron, primero, la conquista de la intendencia de la ciudad de Buenos Aires, y luego la misma Casa Rosada), y el negocio financiero; y (3) al negocio agroexportador, asociado históricamente a la apropiación ilegítima de la tierra, la desposesión concertada, la explotación de la población local hasta el punto del empleo cuasi esclavo de su personal, con connivencias evidentes con el Estado nacional y los E

CATALUNYA PONE EL FRENO

Después de varias semanas esperando medidas para frenar la escalada silenciada por los grandes medios locales, comprometidos, más que con la información, con la tarea de dar ánimos a la ciudadanía en un momento de incertidumbre, el Govern de Catalunya ha optado por la opción drástica frente a la pandemia, replicando las estrategias de Bruselas y París, que en estas horas viven un estado de sitio. En contraposición, el gobierno de Madrid desafía su suerte, despreciando la amenaza creciente de la que alertan los expertos. No valoraré la eficacia relativa de las medidas concretas, la cirugía fina, por sectores, que afecta de manera diferencial a unos y a otros sobre la base de criterios no siempre fáciles de discernir. Lo que quiero en este artículo es abordar una cuestión de fondo en el debate en torno a la pandemia: cuáles son los principios guían nuestra interpretación de los datos estadísticos y fundamentan nuestra acción.  Que la pandemia «la hay», parece innegable, aunque algunos co