RECORDANDO A COLIN POWELL (2): Otra vuelta de tuerca.

A continuación ofrezco mi respuesta a un comentario realizado a la nota titulada: "Recordando a Colin Powell", que no he podido insertar en la sección correspondiente debido a su extensión.


PT,

Me alegra mucho que se haya animado a hacer su comentario. Creo que es una buena ocasión para intercambiar pareceres. Lamento que me haya prejuzgado. En realidad, nunca he querido otra cosa cuando me decidí a editar este blog que crear ocasiones para debatir estos asuntos. Por lo tanto, permítame que le dé alguna respuesta a lo que me plantea.

Para empezar, recordarle que los últimos artículos que he editado son respuestas a dos colaboraciones que han sido publicadas en el diario El País de España, y una de ella reeditada en el diario La Nación recientemente. Por lo tanto, de lo que se habla en estos artículos no puede entenderse plenamente si uno desconoce el objeto de los mismos, que es reflexionar sobre los trasfondos inarticulados de estos y otros autores que suelen escribir en las columnas de los periódicos citados.

Pasemos ahora al contenido de su comentario.

Mientras yo pongo en entredicho las justificaciones que ha utilizado el gobierno colombiano para invadir el territorio soberano de sus países vecinos con las razones que fueran, usted por el contrario pretende asegurarnos que el gobierno colombiano tiene pleno derecho para hacer tal cosa. Me dice que no tiene noticia de las incursiones colombianas en territorio Venezolano, por lo tanto le recuerdo que uno de los primeros “líos” diplomáticos entre las dos naciones ocurrió cuando un comando especializado del gobierno colombiano secuestro a un guerrillero en las calles de Caracas, sin haber mediado autorización alguna por parte del gobierno Venezolano en el asunto.

Ahora imaginemos por un momento que algo de semejante calibre hubiera ocurrido en los años noventa en Francia. Imaginemos que un comando español hubiese entrado en territorio francés y hubiera secuestrado a un etarra. La respuesta hubiera sido inmediata por parte del gobierno francés. Pero algo de ese estilo nunca hubiera ocurrido.

O imaginemos que el autor material del famoso atentado terrorista a Cubana de aviación en los años 70 (el señor Carriles) en el que murieron 400 civiles hubiera sido secuestrado en Miami por la inteligencia cubana. ¿Qué cree usted que hubiera pasado?

Hay, sin embargo, un precedente a una acción semejante. Y casualmente uno de los protagonistas de dicha operación fue el gobierno argentino de Arturo Frondizi, cuando un comando del Mosad, los servicios de inteligencia israelí, secuestraron al criminal de guerra y genocida Eichman. El asunto causó mucho revuelo y una respuesta firme del gobierno argentino. De algo podemos estar seguros, ni usted ni yo deseamos que se generalice una práctica semejante. Y menos aún cuando el gobierno de Venezuela, nos guste o no, es un gobierno que ha sido elegido democráticamente en elecciones libres, y en reiteradas ocasiones apoyado en referendums y consultas populares.

El hecho de que un gobierno como el de Uribe se haya permitido violar repetidamente la soberanía de los estados fronterizo puede que se deba, entre otras cosas, porque se sabe en posesión de una superioridad militar desproporcionada en relación a sus vecinos; y por otro lado, porque es consciente de que una respuesta militar estaría amparado por la estrategia de Washington.

La tesis de la guerra preventiva (en este caso se trata de intervenciones preventivas) creadas por la la derecha norteamericana han sido un precedente peligroso, y la utilización por parte de Colombia de argumentaciones de este estilo, rehusando tomar nota del repudio que ha suscitado en todos los países de la región, debería hacernos reflexionar respecto a este extremo.

Con respecto a las pruebas, creo que deberíamos ser más cuidadoso y estudiar con mayor detenimiento lo que se ha dicho y lo que se ha hecho al respecto. Permítame recordarle que, en lo que respecta al ordenador de Reyes, y en lo que respecta a las declaraciones del Mono Jojoy, y la supuesta conexión de las FARC con los gobiernos de Venezuela y Ecuador, nada ha sido probado. Muy por el contrario, después de haber lanzado el bulo internacionalmente sobre la información que habían recabado los servicios de inteligencia colombianos en el “mágico” ordenador de Reyes, los expertos que fueron enviados a Colombia para confirmar la legitimidad de las informaciones esgrimidas declararon que los ordenadores habían sido manipulados. Queda aun por verse qué hay de cierto en las acusaciones a Correa.

Aún así, y como he intentado dejar claro en el artículo, aún cuando esa conexión fuera real, queda aún por responder una pregunta que es verdaderamente preocupante: ¿Quiénes son los que realizan estas denuncias? ¿qué intereses persiguen? Creo que esto no es una cuestión baladí.

Por esa razón he intentado una reflexión en torno a los sucesos e informaciones que llevaron a la guerra de Irak. Recordar a Colin Powell, recordar a José María Aznar, recordar a Tony Blair, recordar a George W. Bush, debería sonrojarnos. Estos personajes escenificaron un engaño de enormes proporciones. Le dijeron al mundo que las razones para realizar una intervención militar en Irak era la existencia de armas de destrucción masiva y la conexión del régimen de Saddam Hussein con Alqeda. Como usted sabrá, todo el asunto fue una mentira absoluta. Nunca hubo conexiones entre el régimen de Saddam Hussein y Alqeda, ni tampoco había armas de destrucción masiva. Pero la prensa internacional y las grandes corporaciones que tenían prometida una parte de la torta que repartía la guerra se empeñaron en ofrecer esta imagen a la opinión pública mundial.

Pasemos a los tres puntos con los cuales termina su comentario.

Respecto a 1, creo que no es mi opinión personal únicamente la que cuenta en este caso. No sólo países como Nicaragua y Cuba han puesto peros a la instalación de bases norteamericanas en Colombia. Chile y Brasil han hecho lo propio. Y el escándalo que ha suscitado el acuerdo secreto llevado a cabo por el gobierno de Uribe con Washington en la propia Colombia no puede subestimarse.

Con respecto a 2, me parece que es un error comparar el régimen dictatorial que gobernó la Argentina durante los años setenta y ochenta, y las hipotéticas faltas que pueden endilgarse al lider venezolano. Me sorprende, de todos modos, que me diga "que la gente de mi postura puso un grito al cielo" cuando los "milicos" intentaron silenciar a la oposición. Estoy seguro que aún cuando no comparte mi postura, el "silenciamiento" realizado en aquellos años es también por usted condenado, ¿O me equivoco?

Recordemos que no hay causa abierta en ningún lugar del mundo por desaparición de personas, o asesinatos de enemigos políticos, contra el gobierno de Chávez. Las acusaciones que se propagaron poco después de cometido el golpe de estado a su gobierno, que aducían el asesinato de manifestantes por parte de grupos paramilitares, se demostró que fue orquestado por las propias fuerzas opositoras para producir una revuelta. El periodista inglés John Pilger ha ofrecido recientemente pruebas gráficas contundentes respecto a ello.

En Argentina, además de los muertos en enfrentamientos directos con la policia y las fuerzas armadas existe un número de desaparecidos que oscila entre los diez mil y los treinta mil. Estas personas no sólo fueron ejecutadas, muchas fueron sometidas a tortura y sus cuerpos desaparecidos. Circunstancias similares se han reiterado en todo el continente. Los documentos desclasificados de la CIA han confirmado la participación de la inteligencia norteamericana en el exterminio de los opositores políticos, y la intimidad ideológica que ha existido entre las élites locales y sus contrapartes norteamericanas.

La acusación respecto a mi hipocresía ideológica debido a mi (hipotética) simpatía hacia la Revolución Cubana es un lugar común que no merece comentario.

Respecto a 3, es evidente que los gobiernos de Honduras, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Venezuela, etc. - gobiernos que han llegado al poder por medio de elecciones libres, y que mantienen el apoyo de buena parte de la población (Gallup sostiene que el apoyo al gobierno de Zelaya en Honduras es del 53%, mientras sólo el 28% apoya el golpe de estado)- tienen derecho a realizar políticas comunes. Una cosa es una tratado entre países soberanos, nos guste o no el color de su gobierno, y algo muy diferente es interferir en los asuntos internos de esos países, socavando la voluntad popular y obstaculizando los caminos de integración que ha realizado el continente en la última década.

Finalmente, no comparto en modo alguno su idea de la política, y el festejo relativista que propone. No creo que la política sea un asunto de camisetas.´Es alarmante concebir el asunto de ese modo.

Por el contrario, creo que pese a que existen una pluralidad de posiciones en el mundo que habitamos, eso no significa que estas posiciones sean necesariamente inconmensurables. No deberíamos considerarlas de ese modo, al menos, no deberíamos hacerlo a priori. Siempre tenemos ocasión de sentarnos unos frente a otros, con una actitud intelectual honesta, a comentar nuestras "notas" sobre la realidad para intentar una mejor comprensión de los asuntos que nos conciernen. El resultado de nuestras disquisiciones nunca será definitivo. Pero podemos ir afilando nuestro discurso y comparando posiciones para deshechar las más burdas, en pos de las más refinadas y plausibles. Como le he dicho, para ello es necesario cultivar virtudes intelectuales y humanas. Eso significa, en breve, anteponer la verdad al interés particular; el bien al beneficio propio; y la valentía a la comodidad. Pero creo que en este extremo estamos plenamente de acuerdo.

Espero que mi respuesta sea de utilidad. Le agradezco su comentario y espero su futura participación en el blog.

Comentarios

  1. Juan Manuel,

    Te propongo que me tutees así me voceo no suena irreverente.

    Sí, apoyo al gobierno de Colombia de incursionar en el territorio ecuatoriano si grupos rebeldes, bajo la protección de la soberanía de otro país y teniendo lazos políticos o económicos con dicho país, utiliza ese territorio como base de operaciones. A la luz de esto, no creo que la situación de los etarras en Francia pueda ser comparada.

    El gobierno de Colombia, como bien indicás, se sabe más poderoso que el de Ecuador y Venezuela y cuenta con el respaldo de los EE.UU.. Pero, para que esta ecuación esté completa, habría que agregar que el apoyo que Ecuador y Venezuela brindan al grupo terrorista hace que la defensa del gobierno colombiano, ante mis ojos y los de mucha gente, sea legítima. Es que acaso el “hasta luego señores, cuenten con nosotros para lo que sea falta” del ministro Chacín a un emisario de las Farc no es una pista? Es que acaso la larga diatriba de Chávez para que el mundo reconociera a las Farc como grupo beligerante no te hace dudar? No sé qué pruebas son suficientes. Y los lanza misiles?…evidentemente un video de alguien que se regodea de dicho vínculo no es prueba de la conexión.

    En tu escrito hablás de pruebas y es interesante el rigor científico que utilizás para considerarlas suficientes o no. Concluís que las pruebas dadas por John Pilger son adecuadas mientras que relativizás las declaraciones del mismísimo Mono Jojoy como algo que aún hay que probar. Mi lógica me hace dudar mucho de las declaraciones del polémico australiano y me convence de la relación Farc-Correa toda vez que uno de los líderes guerrilleros así lo afirma.

    Y si hablé del relativismo no es porque crea que sea algo bueno, sino porque, por el contrario, creo que es justamente el mal que nos impide avanzar. Que no exista crítica en ambos bandos es nefasto. Que (y a modo de simplificación hablaré de derecha e izquierda) alguien de derecha no pueda decir que lo que Israel está cometiendo es un genocidio sin sufrir el escarnio público de sus colegas es tan brutal como que alguien de izquierda no pueda condenar públicamente a la dictadura castrista sin recibir represalias. La pregunta o filtro que ambas partes siempre anteponen a sus pronunciamientos es: “a nombre de quién o qué se está haciendo tal o cual cosa?”. El famoso fin que justifica los medios.

    Rechazar una posición porque la fuente no sea confiable es inteligente pero riesgoso. Inteligente porque si, como en este caso, esta gente ya me mintió, qué me asegura que no lo esté volviendo a hacer. Pero también, negarle desde el principio toda veracidad por el simple hecho de provenir de ellos, me impide ver situaciones que, tal vez, sean ciertas. Te doy vuelta el argumento con otro ejemplo: Honduras. Durante las últimas semanas hubo mucho discurso público sobre el tema. Así, tuve que soportar que Raúl Castro nos diera a todos una lección de democracia. Debería yo haber dicho que desde el momento que el líder de una dictadura está denunciando algo es mentira? O el mismo Chávez, golpista no arrepentido. Sin embargo, volvemos sobre el punto, elegimos a quien creerle y a quien no.

    Hace solo un rato un comando oficialista entró a un canal opositor venezolano lanzando bombas lacrimógenas y blandiendo granadas. Los blogs ya se están llenando de críticas de la derecha y apoyos de la izquierda. Hoy, como hace dos mil años, no hay nada nuevo bajo el sol.

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  2. Pt,

    Le agradezco su respuesta. Me ha insitado a escribir la entrada que sigue a continuación.
    Saludos cordiales,

    Manu

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