EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA Y EL TIEMPO QUE RESTA

El referéndum El 1 de octubre es una incógnita, ciertamente. Las circunstancias y la estrategia represiva nos obligan a ser precavidos. Si ocurre una desgracia, no será la primera vez. La violencia en las calles, en parte resultado previsible del empeño del gobierno de cerrar a cal y canto los centros de votación, tampoco es descabellado anunciarla de antemano. Así lo demuestra la preocupación de los responsables de las fuerzas de seguridad autonómica que advierten sobre la amenaza al orden público que supone el cumplimiento stricto sensu de las órdenes judiciales en este caso. Se exige prudencia, pero la lógica positivista del actual Estado de derecho es implacable. La realidad no importa a la luz de la letra de la ley. La movilización de la ciudadanía catalana es masiva, eufórica, decidida. Cualquiera sea el resultado de la "confrontación" del domingo, esos ciudadanos no regresarán a casa dispuestos a dejar sus banderas en el trastero. Los catalanes que no partici...