EL FIN DE LA VIOLENCIA

Creo que hay una pequeña confusión que merece que aclaremos.
Hay personas que han perdido el tren de la historia y no han tomado consciencia del mundo hacia el cual nos dirigimos. Por esa razón, a fin de clarificar el asunto, y permitir que salga a la luz lo que ya está frente a nuestros ojos pero nos negamos a ver, intentaré poner de manifiesto el asunto de forma sencilla.

Hace unos años, nos cuenta Robert Fisk, una importante agencia de noticias tuvo acceso a documentos confidenciales de la base de Guantánamo. Dichos documentos fueron entregados a la agencia por los propios oficiales de Guantánamo. De ello debemos concluir que el propósito era llevar al conocimiento público alguna cuestión que resultaba relevante para dichos oficiales. En el documento, un prisionero, interrogado por el tribunal, exigía que se le permitiera comunicarse con sus familiares y acusaba al tribunal de estar violando las convenciones internacionales sobre prisioneros de guerra. El presidente del tribunal contestaba al prisionero que no iba a continuar escuchándole, y le conminaba a que se redujera a contestar las preguntas que se le hacían. Ante la insistencia desafiante del prisionero, el presidente del tribunal ordenó que lo regresaran a su celda acompañando la orden con la siguiente afirmación: las leyes internacionales no significan nada para nosotros.

¿Por qué razón existe Guántanamo? ¿Por qué la violación sistemática de los derechos humanos se realiza a la vista de todos? ¿Qué es lo que buscan mostrándonos el horror, anunciando a bombo y platillo que no están solos en esta guerra sucia contra el terror? ¿Qué es lo que pretenden? ¿Qué es lo que quieren de nosotros?

Israel ataca a Palestina. Somete a una población privada de sus derechos elementales desde hace muchos años a un bombardeo ininterrumpido durante más de veinte días. Mata cerca de 1.300 personas y produce más de 5.000 heridos. Destruye sus infraestructuras y exige una rendición incondicional. Al no conseguir su propósito, decide un cese al fuego unilateral cuyo único objetivo es la humillación absoluta de su enemigo.

En el interín, y a los ojos del mundo, y sin la más mínima necesidad de ello, debido a su desproporcionada fuerza militar si la comparamos a los maltrechos 'terroristas' de Hamàs y otros grupos de la resistencia, lanza bombas de fósforo blanco, bombardea escuelas, hospitales y centros de refugiados de la ONU, impide socorrer a los heridos y enterrar a los muertos.

El historiador israelí Ilan Pappe ha señalado que no debemos olvidar que durante el año 2007-2008 en el que debía respetarse la tregua entre Hamàs e Israel, este último mato a 300 palestinos, con la complicidad del gobierno clientelar de Abbás y sus secuaces.

Todo esto ocurrió frente a nuestros ojos. No hay maniobras secretas, oscuras maldades que se tejen en guaridas de conspiradores. No, todo se hace a la luz del día y con la participación voluntaria o involuntaria de los medios de comunicación que, independientemente de su toma de posición sirven para ofrecer publicidad a aquello que desean que se publicite.

¿Qué es lo que quieren que sepamos? ¿Qué imagen pretenden ofrecernos? ¿La implacabilidad? Parecen decirnos: No nos detenemos ante nada. Dueños de la más alta tecnología y con el objetivo de dominio absoluto del planeta, el mensaje es definitivo: rendición o muerte.

Además de los muertos y los heridos, Palestina es un símbolo, un escenario donde los poderosos del planeta ofrecen un mensaje a todos aquellos que se resisten: seremos implacables, seremos asesinos, las leyes no significan nada para nosotros, sólo el poder, la tecnología dispuesta exclusivamente al dominio. No haremos concesiones, porque no son ya necesarias. La desproporción se ha vuelto ontológica: somos otra clase de seres, ya no somos los seres disminuidos y patéticos que solíamos ser, ahora somos super-hombres, übermensch. Somos 'bestias rubias de ojos azules', enfundados en nuestras casacas divinas, en nuestros carros de acero. Pero ¿Quién es Palestina? Palestina somos nosotros, como nos recordaba Brecht.

Israel ha declarado un cese al fuego unilateral. Ni siquiera se ha dignado a llegar a un acuerdo, lo que busca es infligir la máxima derrota militar y la mayor humillación.

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