RESISTENCIA PLANETARIA: ¡BASTA YA!

Vivimos una época privilegiada y oscura.
Todas las pretensiones morales de los gobiernos occidentales pueden darse por enterradas.
La guerra de Irak no fue un caso aislado, y la presidencia de George W. Bush, en contra de lo que nos quieren hacer creer, no fue diferente a las presidencias que le precedieron, ni la del señor Obama será el cambio que esperamos.
Las democracias occidentales están desacreditadas.
Los ciudadanos intuyen que el poder se encuentra en otro lado, lejos de las urnas, y los políticos apenas hacen esfuerzo alguno por aparentar lo contrario.
La crisis financiera esta ofreciendo a los ciudadanos un espectáculo de impunidad y una agenda política que da la espalda a los intereses de la población, mientras los grandes medios de comunicación que participan directa o indirectamente en el robo, ofrecen con sabiduría su cuota de templanza para evitar la catástrofe del descontento de los pueblos.
De pronto, la solidaridad y la benevolencia se han convertido en asuntos de risa para los tertulianos, que en una ola de inmisericorde cinismo, des-legitiman los bienes que dieron a occidente en alguna lejana época, las justificaciones para su supuesta labor civilizatoria.
El desprestigio del discurso humanitario, viene acompañado con una afilada labor de adoctrinamiento anti-terrorista que prepara el terreno para la criminalización de toda resistencia. Cualquier queja, cualquier protesta amenazante, se interpreta como producto del radicalismo y se nos alimenta con el imaginario de grupos oscuros y malvados cuyo único objetivo es destruir los fundamentos de la civilización. Pero es la propia sociedad que se suicida, abandonando las fuentes de su propia identidad.
Como en otras ocasiones, los asesinatos en Gaza nos recuerdan que el descontento popular, la desaprobación indignada de la población respecto a la acción de sus gobiernos, no significa nada para los gobernantes: el parecer y la voluntad política de los ciudadanos les resulta indifernte. Alejados de quienes les increpan, protegidos por las organizaciones invisibles que les conducen, nuestros políticos se aferran a la aceleración del tiempo mediático, que convierte en efimera la verdad y permite oficializar las gramáticas del opresor.
Sabedores que el mero espectáculo de la protesta es inocuo, y que las urnas no son capaces de cambiar en un ápice lo verdaderamente importante, resisten la tentación, cuando la tienen, de ofrecer su voz a la verdad y prefieren continuar exorcizando el descontento por medio de la infantilización a través de la retórica anuladora de la inconsistencia diplomática.
Viendo el prolongado asedio y castigo sangriento a los Palestinos en general, y de la población de Gaza en particular, uno debe recordar a otros pueblos que sostienen batallas por la justicia, cuyas aspiraciones se ven sistemáticamente pisoteadas por sus respectivos opresores, para evitar que la propaganda del poderoso se cuele en nuestros cerebros y nos convierta en sus cómplices.
Si la masacre terrorista que Israel está perpretando esta justificada, todo terrorismo es legitimo. ¿Cómo distinguir al asesino de quien le juzga?
Los columnistas de los grandes medios no se atreven a decir lo evidente. El Estado de Israel, la Administración Bush, las Naciones Unidas, la Unión Europea, y la liga Árabe, son responsables en diferentes medidas, como perpetradores y cómplices del genocidio del pueblo palestino.
Este es el legado final de nuestra bronca rebelión contra la verdad. No queda más que la fuerza, la voluntad despótica, a fin de adueñarse de la historia.
Nuestra obligación es resistir el relato de los poderosos, resistir la narración de los 'amos del mundo', que pretende convertir toda resistencia a la esclavitud en crimen, que pretende regresarnos a los oscuros siglos de la 'esclavitud natural', donde el poderoso podía jactarse sin vergüenza de ser propietario de las almas ajenas.
Nunca hemos estado lejos del despotismo 'oriental' que presumimos superar, pese a la ficción de nuestra absurda libertad consumista que ejercita su ignorancia debatiéndose en la deliberación de los bienes que las marcas nos ofrecen como portal a la satisfacción eterna.
Ahora es la hora, no hay otra hora para la resistencia.
¡Basta Ya!
Volvamos a la calle, forcemos a nuestro gobierno a tomar decisiones que no quiere tomar.
Las ciudades son el lugar natural de nuestra lucha. Tomemos las calles, las universidades. Hagamos que no puedan mirar hacia otro lado.
La libertad de Gaza es nuestra libertad.
Los niños de Gaza son nuestros niños.
Las bombas de Israel son las mismas bombas que utilizarán contra nosotros.
La impunidad de Israel es la impunidad de todos los poderosos.
¡Basta Ya!
No esperemos a que comiencen la ejecución masiva de los 'prescindibles' en un futuro no muy lejano, cuando hayamos llegado al límite de la sostenibilidad ecológica, y las cuentas exijan el sacrificio de millones para la supervivencia acomodada de los privilegiados.

Puede que no estés entre los elegidos

APÉNDICE
Hace unas pocas horas comenzó la ofensiva terrestre de Israel. La UE ha dado su visto bueno a la masacre emitiendo una declaración que afirma que la actividad de Israel es defensiva, y por lo tanto, eximiéndolo de toda responsabilidad.
¡Qué los Dioses nos amparen!

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